Tras la descolonización británica del país, en 1947, Afganistán entró en el punto de mira de la Unión Soviética. La gran potencia, enfrentada al Occidente Capitalista desde el final de la Segunda Guerra Mundial, buscaba ampliar su área de influencia a un país tan importante estratégicamente como es Afganistán, el puente entre Asia y Oriente Medio.
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