11 Nov
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Factor Geográfico

La estructura orográfica ha favorecido la tradición guerrera e indómita de sus pueblos que encuentran, en los profundos valles refugio y en las rugosidades del terreno las condiciones propicias para las tácticas de guerrilla. Las comunicaciones son escasas y de mala calidad. Hasta la apertura del túnel de Salang por parte de los soviéticos, el paso entre Kabul y el norte del país era muy precario. En la actualidad y tras la entrada de la coalición internacional se están haciendo notables mejoras en las principales carreteras. En general, las condiciones geográficas y climáticas no son nada favorables al desarrollo económico del país. Como en otras partes de Asia central,la vida tiende a concentrarse en los valles o en oasis alimentados por las aguas de las montañas. En las laderas de éstas y hasta los confines de los desiertos del sur y del oeste se extienden estepas dedicadas a la ganadería y donde hasta hace escasas décadas vivían poblaciones nómadas. Solo el 12% del país permite la actividad agrícola.


Factor étnico: pueblos y etnias de Afganistán

Las distintas etnias afganas y su distribución, tanto en el espacio como en relación cuantitativa con las demás, son un factor fundamental para conocer la vida, la lucha, la política y las relaciones internacionales. Afganistán, con 27 millones de habitantes, es un puzzle de etnias y tribus. En total hay unos 25 grupos étnicos distintos, de los cuales cuatro tienen relevancia para este estudio: pastunes, tayicos, uzbecos y hazaras. También es importante tener en cuenta la presencia de estas etnias en los países vecinos como un elemento de relaciones transfronterizas. Los Pastos o pashtunes son los fundadores del Afganistán independiente, el grupo dominante y la etnia más identificada con el nacionalismo afgano. Históricamente y hasta la década de los años noventa han ostentado el poder político. El hecho de que éste recaiga en la mayoría pashtún o sereparta entre las otras etnias, con o sin la participación de los primeros, es un elemento primordial de la definición política afgana en los últimos años. La totalidad de la etnia afgana está repartida a partes similares entre Afganistán y las regiones fronterizas de Pakistán. 

Intereses geopolíticos

El interés principal que impulsaba a rusos y después soviéticos a extenderse hacia Afganistán era su búsqueda de un corredor terrestre hacia el Océano Índico que permitiera a este inmenso país disponer de un puerto abierto de forma permanente a los océanos. Gran Bretaña se opuso a este designio expansivo porque temía que la presencia rusa en el océano índico pusiera en peligro su posición privilegiada en la India. Afganistán se creó como Estado colchón para evitar fricciones entre ambos Imperios. Cuando, tras la Segunda Guerra mundial, Gran Bretaña perdió su posición de gran potencia y la Unión Soviética salió reforzada, este último país aprovechó la ocasión para aumentar su influencia sobre Afganistán, considerando incluso su anexión. Estados Unidos no estaba suficientemente consolidado en la región para contrarrestar la estrategia de Moscú.Para la invasión soviética de Afganistán se sumó, a la razón geopolítica tradicional, también una motivación propia de la guerra fría: la doctrina Breznev que, siguiendo el ejemplo de la invasión de Checoslovaquia en 1968, propugnaba la común responsabilidad de los Estados socialistas para responder a amenazas contra el socialismo en cualquiera de los Estados dela comunidad socialista.Una vez que se produjo la invasión soviética entraron en escena nuevos actores e intereses geopolíticos. Para Pakistán, con un enfrentamiento tan enconado y duradero con la India, Afganistán tiene una importancia estratégica capital. Dada la enorme desproporción de riqueza y población a favor de la India, Pakistán pretendía ganar profundidad estratégica evitando a toda costa que este país pudiera caer bajo influencia de la India o un aliado suyo. La presencia de tropas soviética, un país aliado de la India, era percibida, en consecuencia, como una amenaza estratégica de primer orden. Había otros objetivos menores que el gobierno paquistaní buscaba en esta guerra: la cohesión interna frente a una amenaza exterior, reforzar su papel en política internacional y resolver el problema que le creaban los refugiados afganos en su territorio. Estados Unidos en el contexto de su estrategia de contención frente al bloque socialista quería desgastar a su rival soviético, le preocupaba también que la posición de la Unión Soviética pudiera terminar amenazando el flujo libre de crudo por el Golfo Pérsico. Arabia Saudí, como país líder del credo islámico, tenía intereses en este país por una doble razón: tanto para evitar que el Islam fuera barrido de aquel país por el credo comunista, como para atraer hacia Afganistán la atención de los radicales internos que de ese modo no dirigían sus iras contra el poder de la familia Saud. La gran comunidad musulmana del mundo compartía con Arabia Saudí la preocupación de que "la sagrada tierra del Islam" retrocediera en esa región de Asia Central. Irán, el país líder del credo chiíta, pretendía además apoyar a la minoría chiíta de Afganistán y seguía con atención todo lo que pudiera ocurrir en el país vecino.

Más adelante, cuando Afganistán fue ganando en importancia geopolítica como lugar de paso de los recursos energéticos de Asia Central y el mar Caspio, se añadió otro motivo de disputa. El paso de oleoductos y gaseoductos por Afganistán hasta Pakistán y el océano Índico diversifica las salidas de estos recursos naturales lo que favorece a la mayoría de los países de la región pero perjudica a Rusia que pretende tener el máximo control sobre la salida de los hidrocarburos de aquella región en clavada. Pakistán se beneficiaría doblemente porque le facilitaría el acceso a estos recursos naturales de tanto valor estratégico y por que obtendría beneficios económicos tanto del tránsito como del puerto desalida. La estabilidad de Afganistán es una condición necesaria para la construcción de dichos oleoductos y gaseoductos, lo que hizo que, por ejemplo los Estados Unidos, encontraran factores positivos en la unificación de Afganistán bajo el poder talibán. Este régimen daba una mayor estabilidad a la región que la caótica situación propiciada por los señores de la guerra. Existe por tanto una relación directa entre las condiciones geopolíticas de la región y los intereses económicos vinculados a los recursos naturales en clavados en la región de Asia Central. En el juego de influencias que se desencadenaron tras la caída del régimen talibán, como consecuencia de la intervención de la coalición internacional liderada por los Estados Unidos, Pakistán era el gran perdedor, este país tuvo que pagar el precio de haber apoyado a los talibanes y, en consecuencia, tanto Rusia como Irán y la India consiguieron que sus protegidos se hicieran con una importante porción del poder afgano. Esta circunstancia tenía una importancia estratégica enorme, por dos razones: primero, porque Pakistán se podía ver tentado a desestabilizar al gobierno afgano para promover un cambio que le fuera más favorable y segundo, porque el fracaso de su política afgana podía crear enormes tensiones en el precario equilibrio político interno pakistaní. Una gran crisis en Pakistán podría tener consecuencias devastadoras en la situación estratégica general de la región.

Factor histórico

Afganistán ha conocido a lo largo de la historia innumerables invasiones y ha formado parte de varios imperios. No obstante los pueblos que han habitado esta región han exhibido un gran apego por su independencia y han desarrollado grandes habilidades como pueblos guerreros. La historia, de lo que es el actual Afganistán, también se ha caracterizado por constantes luchas intestinas entre sus diversos pueblos y tribus.

Tras la Segunda Guerra mundial, en la que Afganistán permaneció neutral, Gran Bretaña se vio obligada a conceder la independencia a la India dividiéndola en dos Estados independientes: India y Pakistán. El Estado musulmán de Pakistán incluía un extenso territorio de etnia pashtún fronterizo con Afganistán. Desde el poder político afgano, mayoritariamente pashtún, se intentó reunir dentro de Afganistán a la totalidad del territorio de esta etnia. Esta reclamación territorial produjo enconadas disputas internacionales que lastraron tanto la política internacional como interna del país. La Segunda Guerra mundial sirvió también para relegar a las potencias europeas de la posición internacional preeminente, ocupando su lugar las dos superpotencias: Estados Unidos y la Unión Soviética. Estados Unidos que era un recién llegado a la región y mantenía una posición de apoyoa Pakistán en la disputa sobre el Pashtunistán, no llegó a sustituir a Gran Bretaña en su papel equilibrador. El nuevo reparto de poder internacional permitió, por tanto, a los soviéticos aumentar su influencia en Afganistán. La estrategia soviética se llevó a cabo por medio de renovadas iniciativas diplomáticas, ayuda económica y técnica y asistencia militar. En los años sesenta, durante el primer mandato de Mohamed Daoud, la Unión Soviética intensificó sus esfuerzos para controlar el país, llegando incluso a manipular el proceso político afgano. 

En 1963, Daoud que era primer ministro y primo del Rey Zahir Shah, tuvo que dimitir bajo la presión del propio monarca debido principalmente a su intransigencia con la cuestión del Pashtunistán. En los siguientes diez años el país se embarcó en un incipiente experimento democrático que las circunstancias tanto internas como internacionales iban a hacer fracasar.

En Julio de 1973, mientras el Rey Zahir Shah se encontraba en Italia, Daoud, apoyado por varios dirigentes comunistas y con el visto bueno soviético, dio un golpe de Estado y se declaró Presidente de la nueva República de Afganistán. No obstante, el nuevo mandatario, una vez en el poder, empezó sutilmente a acercarse a Occidente y a Arabia Saudí y a distanciarse de los soviéticos. El descontento tanto de los tradicionalistas, opuestos a la modernización y centralización de Daoud, como del Partido Comunista afgano que perdía peso político, terminó provocando un nuevo golpe de Estado en 1978 que costó la vida a Daoud y también a sus más allegados. Con la situación  creada en Afganistán parecía que la Unión Soviética había conseguido extender notablemente su influencia sobre el país. Sin embargo, el nuevo gobierno de carácter comunista tuvo que enfrentarse a una rebelión interna que hacía peligrar la supervivencia del régimen. Esta circunstancia forzó a la intervención directa de tropas soviéticas en Afganistán convirtiendo a este país en teatro del enfrentamiento entre las dos grandes potencias de la guerra fría.

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