16 Nov
16Nov

El 27 de abril de 1978, oficiales del Ejército y de la Fuerza Aérea afganas derrocaron a Daoud con un golpe de estado comunista conocido como la Revolución Saur. En un principio el nuevo gobierno siguió una política moderada y consiguió mantener el país bajo control mientras resolvía asuntos internos del partido, pero en octubre una serie de reformas radicales, bruscamente aplicadas y acompañadas del cambio del verde islámico de la bandera nacional por el rojo comunista provocó una rebelión generalizada por todo el país. La defensa del modo tradicional de vida y de la religión islámica, que se sentía amenazada por el ateismo comunista, dieron a la lucha un fuerte carácter ideológico. El Partido Democrático del Pueblo Afgano, único legal, era contrario a las estructuras tribales tradicionales y propugnaba una política mezcla de modernización y credo comunista que alteraba por completo el modo de vida de la población. Si bien el nuevo gobierno afgano, siguiendo las mismas pautas que el partido comunista soviético en las repúblicas de Asia Central, no pretendía erradicar por completo la religión, así era percibido por los campesinos afganos convencidos de que comunista significa «el que reniega de Dios» –del pasto kum «Dios» y de la negación persa nist.


Una vez iniciada la rebelión, las masacres y atrocidades se hicieron comunes tanto por parte del gobierno como de los rebeldes, atacando éstos también a los asesores soviéticos. La situación en el país fue evolucionando hacia una guerra civil en toda regla. La profunda división del partido comunista en dos facciones, Jalq y Parsham, que habría de ser una constante a lo largo de todos los años de la guerra, no ayudaba nada a resolver el conflicto. En Moscú se reconoció que debían aumentar su implicación en Afganistán si querían que el gobierno comunista afgano sobreviviera. En primer lugar intentaron impulsar cambios en la cúpula del poder afgano. Como consecuencia del fracaso de esta política y del continuo deterioro de la situación, el 26 de noviembre de 1979, el Politburó consideró la decisión de invadir militarmente el país.


A medianoche del 24 de diciembre (mapa 1), tropas de la 105 División Aerotransportada empezaron a aterrizar en el aeropuerto de Kabul (1).Otras fuerzas aterrizaron en las bases aéreas de Bagram y Shindand (2) –cercanas a Kabul y Herat– y en el aeropuerto de Kandahar (3). La 360 División de Infantería Motorizada cruzó la frontera soviético afgana cerca de Termez en Uzbekistán y se dirigió hacia Kabul (4). Otras divisiones la siguieron y el 1 de enero de 1980 las fuerzas soviéticas, que ascendían a 80.000 hombres, ya controlaban el gobierno y las principales ciudades del país. Al frente del gobierno afgano se puso a Karmal, un líder más propicio a los intereses soviéticos. La invasión había sido un completo éxito.

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